¿Hay alternativas ideológicas?
Llegamos a la “crème de la crème”
de la superestructura: la ideología. ¿Hay alguna ideología
distinta de la ideología dominante? “Ecoooooooooo, eco, eco, eco”.
Yo, desde luego, no oigo ninguna: todo vacío a mi alrededor.
Como hemos visto en capítulos
anteriores de la serie, no hay espacio tanta “alternativa”: de
hecho, el que existan una, diez, cien, mil alternativas ya demuestra
que ninguna de ellas es alternativa, sino una demostración mas (¡y
van...!) del individualismo capitalista en la que cada hombre tiene
una ideología propia, personal y que, casualmente, todas ellas, tan
distintas, se parecen las unas a las otras como gotas de agua, si
hacemos abstracción del piercing, el slogan de la camiseta y la
longitud del cabello.
Es hora de rescatar la idea de que a
una ideología dominante (y a un sistema económico, y a un modelo
productivo) le corresponde UNA ÚNICA ALTERNATIVA, no cientos: el
juego ideológico y filosófico no es la “pocha”, es el ajedrez.
Así que ya se sabe, “blancas o negras”: ni siquiera hay sitio
para el tinto de verano.
La ideología dominante es la que, en
cada momento, corresponde (emana) del sistema económico dominante:
en este caso del capitalismo. La ideología que ahora impera es la
del individualismo, la falsa idea de libertad, la falta de respeto a
los derechos humanos y el paripé de democracia representativa. Como
corolario de todo esto cada uno puede hacer lo que quiera siempre que
no perjudique al otro, falacia discutible tanto en lo abstracto (a
veces hay que hacer cosas que perjudican a los demás como “ahostiar”
al rico Epulón para que pueda comer Lázaro) como en lo concreto (no
rige para todos), uno se tiene que desnudar en un aeropuerto a cambio
de dormir tranquilo sin que nadie tire la puerta de su casa (salvo
que exista peligro contra la seguridad nacional) y se considera
cumplido el deber y derecho democrático votando cada cuatro años a
uno de los dos candidatos impuestos por el régimen estatal que te
corresponde.
Si es cierto que los partidos encauzan
las ideologías, entonces ya tenemos la prueba del 9 de que no hay
ideología, pues todos, absolutamente todos los partidos “en
presencia” rezuman la misma ideología: la del sostenimiento del
modelo (económico, político, social) existente. Para muestra un
botón: el pasado domingo “El País” publicaba una encuesta en la
que se trasluce algo que “en la calle” se ve claro: el desencanto
de la ciudadanía con sus “sacerdotes políticos”: dan la espalda
a los partidos “de gobierno” pero tampoco parecen caer en el
regazo del resto de los partidos: ¿por qué? Porque no los ven como
alternativa alguna: el sectarismo de IU, preocupada no de aumentar
sus bases coqueteando con sectores de izquierdas sino de acreditar el
pedigrí del más antiguo militante para, cuando se llegue a la
tierra prometida, (en Extremadura parece que ya se ha llegado)
repartir la mejor parcelita de terreno que haya a los “fieles del
primer momento”, acredita que se ha convertido en una pieza más de
un sistema. Y así todo...
¡Hay alternativas!¿Hay alternativas?
Esto es como las meigas: nadie las ha visto, pero ¡Haberlas, haylas!
El consuelo que me queda es que, a lo mejor, no las estamos buscando
en el lugar correcto. A lo mejor si miráramos hacia Latinoamérica...
P.D. Me voy de vacaciones, a disfrutar
de las últimas de 24 días hábiles. El año que viene o no habrá
días o no habrá dinero con qué disfrutarlas... ¡O las dos cosas a
la vez!